viernes, 30 de mayo de 2008

Se traslada el estadio y se amplia el centro comercial


Abran cancha señores


Los socios del Deportivo Morón aprobaron por unanimidad la mudanza de su estadio a la ex textil Castelar. A cambio recibirán instalaciones de primer nivel internacional. Y de este modo, la avenida Rivadavia seguirá su marcha hasta los Tribunales, se construirá un enorme parque público, locales comerciales, oficinas y viviendas.


El miércoles 23 de abril los socios del Deportivo Morón aprobaron por unanimidad el traslado de su estadio a la ex Textil Castelar sobre la Av. Hipólito Yrigoyen, en una Asamblea que fue vista como una rotunda victoria del intendente Martín Sabbatella y del presidente del "Gallito" Alberto Meyer, que una semana antes acababa de inaugurar un polideportivo en Pontevedra, Merlo. Los de Meyer festejaron doble porque, además de estar ante la posibilidad cierta de tener un club de primera categoría, lo vivieron como una "elección primaria" ante el acto eleccionario que se realizará en el mes de mayo y para el cual, la oposición que lleva de candidato a presidente a Ricardo González, por lo bajo vertió la idea de que si llega a la presidencia va a impedir el traslado, pese a haber dicho públicamente que lo acompañaba. En el gobierno de Martín Sabbatella festejaron el cambio rotundo que va a vivenciar la ciudad a partir del desarrollo del proyecto.

La idea del gobierno de Morón es contar con aporte privado para extender el centro comercial. Para eso, extenderán la avenida Rivadavia (que hoy se corta en la cancha) hasta los Tribunales, empalmando directamente con el puente Lebenshon y la Ruta 4. En las tierras que hoy ocupa el estadio se construirá un parque público con espacios verdes, un lago artificial sobre la calle Ate. Brown, edificios de oficina y viviendas de alta calidad y locales comerciales. A cambio de esas tierras, los inversores deberán primero construir la ciudad deportiva del Club Deportivo Morón en el predio de la ex textil Castelar, que es propiedad del empresario Alfredo Coto. Sobre esas cuatro hectáreas y media se emplazará la cancha de fútbol con capacidad para 22.218 espectadores sentados, dos plateas, dos tribunas populares, palcos oficiales y palcos vip y con un terreno de juego que permitirá el desarrollo oficial de partidos de Rugby de carácter internacional. A su vez, contará con un microestadio cubierto con capacidad para 3.456 espectadores sentados y que permitirá la práctica de básquet, voley, handball y tenis y se podrán desarrollar actividades culturales. También se construirán la sede del club, un museo, un hotel para concentración de jugadores, dos piletas de natación, cuatro canchas de tenis de polvo de ladrillo, tres canchas de fútbol cinco, una pista de patín y espacios verdes con quinchos y parrillas (ver imágenes).

Todo esto ayudará a motorizar una zona del distrito con sensación de abandono y que empezará a recuperar una nueva fisonomía a partir de la repavimentación de la avenida Yrigoyen y la reconstrucción del viejo boulevard solicitado a la provincia por Martín Sabbatella, que comenzará en menos de sesenta días.

La operatoria


La idea de ampliación del área central Morón hasta los Tribunales, con la mudanza del estadio y la construcción de una ciudad deportiva que el oeste bonaerense no tiene, comenzó a tomar forma a partir de la elaboración del Plan de Desarrollo Estratégico del Municipio de Morón.

Se trata de una inversión íntegramente de capitales privados que, a cambio de explotar las nuevas construcciones del centro de Morón, construirá la ciudad deportiva. Para esto, el Municipio convocó a un concurso de proyectos del que participaron los cuatro estudios más importantes del país y del que resultó ganador Vila Sebastián Vila.

Éste se convirtió en el grupo desarrollador de todo el proyecto y acercó los inversores privados. Es el mismo estudio de arquitectos que, entre otros trabajos, desarrolló el parque Micaela Bastía de puerto Madero, el poder judicial de Santiago de Chile y la expansión de la ciudad de Chizau, en China.

La inversión total será de cerca de los sesenta millones de dólares. Quince se utilizarán para construir la ciudad deportiva, seis para la compra de la textil Castelar -que también se podrá pagar en espacios de la nueva edificación del área central- y el resto para las edificaciones. Como la relación entre la inversión y la ganancia les genera una rentabilidad óptima, ahora que está todo aprobado es muy difícil que el proyecto no prospere. El intendente Martín Sabbatella y el gobernador Daniel Scioli ya comprometieron a sus equipos técnicos para acelerar el trabajo que podría permitir, en el próximo semestre, tener definidos todos los detalles legales de la operación. Y desde ese momento, en doce meses se habilitará el nuevo estadio y quedarán liberadas las tierras de Brown y Larroche.


(Por Fernando Mateo y Ricardo Terzoli)

Los dilemas del Justicialismo

¿A dónde va el PJ local?


Por estos días en los que la paz parece reinar en el convulsionado mundo del Partido Justicialista a nivel nacional (más allá de que algunas piezas parezcan agarradas con alfileres), la situación no parece ser la misma en el plano local.


Ciertas cosas están claras: Mario Oporto ha decepcionado a propios y a extraños a la hora de conducir al alicaído justicialismo moronense. Edy Binstock es quien mejor representa las ideas del universo K pero, por su pasado en la izquierda peronista, hay quienes no están dispuestos a dejarle la cancha libre. Domingo Bruno ha logrado reunir en torno a su figura a los sectores desplazados por el oportismo y que menos comulgan con el gobierno de Cristina Fernández.

Pero, por sobre todas las cosas, nadie puede asegurar o asegurarse el control de todo el atomizado peronismo vernáculo.
Por si fuera poco, los coqueteos constantes del gobierno nacional con el intendente Martín Sabbatella despistan cada vez más a los dirigentes pejotistas, quienes han sentido que cada ataque contra Sabbatella recibió una respuesta indubitable desde Balcarce 50. Es que lo que no terminan de comprender los que frecuentan los bares que rodean el Palacio Municipal, los que visitan las pocas oficinas que los concejales del Frente para la Victoria ocupan en Brown 910, y los que se acercan a las oficinas del secretario de la CGT regional Morón, es que Sabbatella se ha convertido en una figura de consulta y de una cercanía cada vez más indisimulable del gobierno de Cristina.

Quienes asistieron el martes 22 al lanzamiento del portal de compras municipal, habrán podido escuchar los halagos que le propinaron al intendente el joven K Nicolás Trotta y el politólogo y Secretario de Estado Juan Manuel Abal Medina. Tampoco pasó desapercibido el gesto de la presidenta de la Nación con el jefe local, quien había ido a presenciar el acto apertura de ofertas para la remodelación del Hospital Alejandro Posadas (ver foto) y terminó hablando en el Salón Blanco de la Casa Rosada.

Los popes del PJ saben que una interna para dirimir las autoridades partidarias no haría más que extender la larga sangría que se viene continuando desde que perdieron las elecciones de 1999. Pero también es evidente que las diferencias son –en muchos casos- insalvables y que, por sobre todas las cosas, sean quien fuere el que resulte ganador de una contienda electoral no contará con el apoyo del otro bando.

Así las cosas, todos son concientes de que pasar de ser una remota expresión de poder a convertirse nuevamente en gobierno no depende exclusivamente de los actos que sean capaces de producir y que, mientras ellos mueven las piezas, otros también lo hacen. Y sufren la lentitud con que el degradado PJ local se mueve.

Una a favor
Desde hace tiempo que quienes intentan convertirse en la expresión del viejo partido esperan que ocurra un hecho que les devuelva la confianza y los ponga de cara a la sociedad.
Se entusiasmaron con la candidatura de 'Juanchi' Zavaleta en 2003 y recibieron un cachetazo. Creyeron que Mario Oporto le imprimiría al PJ un perfil más progresista y menos rústico, acorde a los intereses del electorado moronense, pero el actual Ministro de Educación bonaerense demostró que no le importa Morón. Ni con Kirchner en el gobierno ni con Cristina en la boleta oficial lograron mover la aguja.
Por eso es difícil de entender la puja en la que por estos días están enfrascados Bruno, Binstock y demás. Hay quienes creen que la salida de Sabbatella para probar suerte en la “política grande” será esa oportunidad que están esperando y que, en consecuencia, lo que está en disputa no es el cargo partidario sino la candidatura a Intendente del 2011.

A todas luces, parece demasiado futurismo para un partido que debe primero encontrar una estrategia para salir mañana mismo a dar cuenta de sus anhelos y proyectos y ponerse en contacto con la ciudadanía moronense.
(Por Fernando Mateo)

La interna sindical de los municipales de Morón

Luego de haberse dado en Morón un aumento salarial del 25 % y finalizada la conciliación en el Ministerio de Trabajo, siguen generando noticias los hechos intersindicales. En Morón existe democracia sindical, con lo cuál hay cinco organizaciones que se disputan la representatividad de los trabajadores. El Sindicato de Trabajadores Municipales de Morón, Hurlingham e Ituzaingó; el Sindicato de Empleados y Trabajadores Municipales que conduce Luis Duré; la Asociación de Trabajadores del Estado que, formalmente, conduce Darío Silva. Y por otro lado la Asociación del Personal Jerárquico y la Asociación de Profesionales del Hospital de Morón.
Hoy por hoy, el conflicto intersindical subsiste en la secretaría de Infraestructura ubicada en Morón sur, donde un pequeño grupo que no está representado por ninguno de estos gremios, mantienen amenazados al conjunto de los trabajadores para disputar su interna sindical. El cunductor de este grupo es "Cacho" Hormaeche, cuñado del fallecido concejal sabbatellista Juan Milano. Hormaeche fue secretario adjunto del gremio de Luis Duré y tras romper con él se convirtió en opositor de Martín Sabbatella con la intención de escalar posiciones dentro de algunos de los gremios o de crear su propio sindicato. Para esto se alió a los delegados del STMM que, sumergido en una profunda crisis interna que derivó en la renuncia de su secretario general Miguel Facciabene, ahora está comandado por Jorge Páez, persona no querida por estos delegados.

A su vez, los opositores al oficialismo del sindicato, comandados por Néstor Rodríguez -hermano de "Tati"- y otra línea, dirigida por Pablo Salvo, aprovechan el desconcierto para hacer más ruido dentro de ese golpeado gremio.
En tanto, Luis Duré "pasa la ambulancia recogiendo heridos que se sumen a su sindicato" y ATE, con Darío Silva que no es municipal sino empleado del Hospital Posadas, quedó virtualmente manejado por Rodolfo Wolffi. Wolffi es un aliado histórico del retirado sindicalista Carlos Rodríguez y su única misión es tratar de trasladar la interna de los sindicatos al centro del dispositivo del gobierno comunal. Por eso, pese a la negativa de Silva, Wolffi arrastró a dos jóvenes inexperimentados militantes de ATE a convocar a un paro en el Ministerio de Trabajo de la Nación, que fue rechazado por "improcedente" por ese organismo.
La interna sindical ya dejó como saldo un herido con arma blanca en el hospital de Morón, un ex reo y ex empleado municipal detenido por la policía por arrojar "miguelitos" en Infraestructura, sesenta trabajadores con descuentos y sumarios por negarse a trabajar cuando no existían medidas de fuerza, un secretario general renunciado, amenazas y riñas a golpes de puños en Morón sur.
(Por Fernando Mateo)

“Era un tiempo de militancia plena”


* Entrevista al escritor Alejandro Gómez, autor del libro “Montoneros en Morón”

Alejandro Gómez acaba de editar un libro que contiene los resultados de su investigación sobre la organización peronista de izquierda en el viejo partido de Morón. Se consigue en las librerías de la zona oeste.

- ¿Por qué un libro sobre la historia de Montoneros en Morón?
- Sinceramente, por comodidad. Umberto Eco, en “Cómo se hace una tesis”, recomienda que en el momento de realizar una investigación uno debe tomar como parámetro para elegir un tema la accesibilidad a la fuente de información, ya sea porque emplea más tiempo y dinero ir a investigar la toma de La Calera en Córdoba, por ejemplo, o sea porque implica quedarse a vivir al menos unas semanas cada tanto para emplear en la investigación e indagar como corresponde. Yo vivía en Morón y la fuente estaba tan a mano como suponía. Luego, me encuentro con que no era tan sencillo. Pero, como inquietud historiográfica, más allá de la comodidad, me planteaba algunas inquietudes personales. Soy de raíces peronistas, milité y me formé con el peronismo. Y dentro del peronismo este siempre fue un tema tabú, salvo en estos últimos años. Pero cuando empecé a investigar, a fines de los ’90, nadie se planteaba nada sobre lo que fue Montoneros, su historia, su relación con Perón y cómo plantear este tema que tenía que ver íntimamente con la propia historia del peronismo. Ser ex Montonero dentro del mismo Movimiento era ser un paria; e investigar qué pasó con Perón, Isabel, López Rega, Firmenich y toda esa historia, implicaba tomar conciencia, pero también tomar posición. Y si seguimos hilando fino, cuando hablamos de Morón específicamente, consideré y sigo considerando que Morón se debe una historia en muchos aspectos; y una Historia integral, por lo menos, ya que a medida que uno escarba los distintos aspectos de los movimientos populares, sindicales, políticos y sociales, termina llegando a la conclusión que el partido de Morón cumple un rol importantísimo en el escenario de las grandes decisiones a lo largo de la historia.
- ¿Qué dificultades tuviste a la hora de encarar tu trabajo de investigación?
- Dificultades de todo tipo, las cuales algunas planteo en el trabajo y otras no. Las que planteo, tienen que ver con la falta de conservación de mecanismos de documentación y archivo, como sucede por ejemplo, en el Consejo de Partido del PJ y, creo yo, debe suceder en todos los partidos políticos por igual. Si tratás de conseguir la evolución histórica electoral del PJ en Morón, o de sus internas... ¡Ni ellos las tienen! Imagínate entonces cuando tratás de bucear más profundo... También el acceso a militantes montoneros fue una dificultad, por dos razones: en primer lugar, por razones políticas, ya que la represión de la dictadura militar implicaba una partición de áreas de influencia entre las distintas fuerzas de las Fuerzas Armadas. La zona oeste caía bajo influencia de la Fuerza Aérea y la represión bajo sus armas fue más feroz, incluso si se me permite el término, más pragmática: se le sacaba el jugo al detenido bajo tortura y luego se lo eliminaba sin miramientos, a diferencia de zona norte, donde Massera tenía su proyecto político que dependia de la supervivencia de gran parte de los detenidos. En segundo lugar, en algún momento se planteó una cierta reticencia de algunos militantes a ser entrevistados, lo cual me parece lógico y hasta previsible, ya que se trataba de escarbar en sus memorias recuerdos que hasta podían llegar a serles dolorosos. Además, cuando voy a ver la prensa de la época me encuentro con que “La Tribuna” había sufrido un incendio... Pero a pesar de las dificultades debo también destacar las facilidades: “El Cóndor” me abrió las puertas a sus archivos sin reservas, así como el Instituto Histórico de Morón con Graciela Sáenz y su equipo. A ambos les estoy eternamente agradecido.
- ¿Cómo definirías el desarrollo que Montoneros tuvo en el antiguo Partido de Morón?
- El desarrollo es paralelo a lo que fue la historia de Montoneros a nivel nacional. El antiguo Partido de Morón era un centro operativo de importancia singular, y la talla de los dirigentes que fueron responsables de la organización da muestra de ello: Dardo Cabo, Dante Gullo, Carlos Caride, Tulio Valenzuela, Claudio Slemenson, entre otros, fueron algunos. Tanto el crecimiento como el declive de la organización en Morón corresponde a los tiempos políticos a nivel nacional. Hasta mediados del año ’74 fue de crecimiento progresivo. Cuando se produce la ruptura con Perón, el 1° de mayo de ese año y con el posterior pase a la clandestinidad, se inicia un divorcio entre la organización y las bases o los barrios, que da inicio a su declive. Este declive se pronuncia con la muerte de Perón y el accionar de la Triple A, que encuentra a Montoneros en franco repliegue, desmitificando esa famosa teoría “de los dos demonios”, que marca que el golpe militar del ’76 se produce por la violencia política de las organizaciones guerrilleras. Hasta el ERP se encontraba prácticamente disuelto luego del Operativo Independencia de fines del ’75. La única violencia existente en la Argentina, en ese entonces, era la de la extrema derecha, con débiles respuestas por parte de la izquierda.
- ¿Tuviste posibilidad de verificar, más allá de los dichos de los militantes, la inserción real de la organización en los barrios?
- Claro. Las prácticas políticas, la militancia a temprana edad, no era patrimonio de Montoneros, pero es fácil advertir que en ese momento quien no militaba adhería, al menos indirectamente, a una idea política. He hablado con gente de los barrios que adhería o militaba y cuando sucede el 1° de mayo se aparta de la organización, ya sea por voluntad propia o por coacción de sus padres, en el caso de jóvenes o adolescentes. Por otra parte, si uno observa con detenimiento la prensa nacional o la partidaria como “Evita Montonera” o “La causa peronista”, puede ver en las fotos el grado de adhesión que tenía en ese entonces la Columna Oeste, de la cual Morón era una parte importantísima, como dije. Y no hay que olvidar que ése era un tiempo de militancia plena, no existía el clientelismo político o la adhesión interesada, donde uno iba a la marcha o al acto político a cambio de algo o por algún tipo de presión: iba el que quería.
- ¿Qué vínculos se establecieron con lo que se denomina la “sociedad civil” y en aquel entonces era el “pueblo”?
- Particularmente, no soy de pensar que la “sociedad civil” sea distinta de lo que era el “pueblo”. El pueblo sigue siendo pueblo hasta que se demuestre lo contrario. Quizás los rótulos posmodernistas pretenden hacer pasar de moda ciertos conceptos como imperialismo, clases dominantes, dominación, explotación, revolución o pueblo, pero la dinámica histórica demuestra que esos conceptos siguen tan vigentes ahora como en los tiempos de la Revolución Francesa. Pero volviendo a tu pregunta, los vínculos se producen a partir de una política de la Organización de presencia con las necesidades barriales: la lucha por el asfalto, las veredas, una garita para parada de colectivos, etc. Quizás ese vínculo, a mi entender, no era tan sólido en lo ideológico como para sobrevivir a una crisis como la que se produce con el pase a la clandestinidad. Aún así, no sólo el pueblo participa de este vínculo, sino también las sociedades de fomento, las iglesias, las bibliotecas populares, etc. No nos olvidemos que en Morón Sur, una sociedad de fomento vinculada a los trabajos barriales como la Sociedad de Fomento Barrio Belgrano deriva, con el golpe del ’76, en el XXVI Batallón Sanmartiniano, casi una parodia de escuelitas de Boy Scouts, para adormecer la participación popular.
- ¿Cuál fue la suerte de Montoneros en Morón?
- La disolución casi absoluta en el momento del golpe. Una militancia dispersa que se corresponde con los momentos políticos a nivel nacional, como te decía antes. Si venís más adelante, puedo comentar la aparición del Peronismo Revolucionario con la vuelta de la democracia, un poco antes, que no fue muy numerosa pero que sí se hacía sentir a la hora de participar políticamente. Pero en el período que estudiamos, podemos hablar de militantes librados a su suerte (luego del golpe), esperando directivas o contactos que nunca llegarían. Algo realmente muy triste para quien haya tenido que vivirlo.
- ¿Pensás continuar la investigación?
- La investigación está abierta a nuevas inquietudes o a nuevos aportes. En la medida en que haya material que pueda servir para enriquecer, contradecir, corregir o desdecir lo ya dicho, bienvenido sea. La Historia es movimiento y siempre hay tiempo para darle un sentido nuevo a lo ya escrito; y si ello implica superar lo hecho, tanto mejor. Por ahora, quiero investigar ciertos aspectos que, gracias a la crítica de mucha gente, pude notar, como por ejemplo, el movimiento sindical en la época. Si se puede hacer otro libro o agregarlo en una edición ampliada, lo dirán los resultados.
- ¿Pudiste presentar el libro? ¿Tenés pensada alguna nueva presentación? ¿Dónde se consigue?
- Si, lo presentamos el 27 de marzo pasado en el Salón Le Park, del SEOCA, gracias a la gentileza de Víctor Hugo Pintos, el tesorero del sindicato, quien nos cedió el espacio desinteresadamente. Desgraciadamente, ese día fue muy conflictivo ya que nos encontramos en medio del lock out del campo y había un acto de la presidenta en Parque Norte; la fecha llevaba un mes de programación y no se pudo suspender, así que la concurrencia no fue la esperada. Esperamos presentarlo nuevamente, aunque aún no hay nada programado. Por ahora, el libro se consigue en muchas librerías de Morón, Haedo, Ramos, San Justo, Castelar, así como en los puestos de diarios y revistas, especialmente en los andenes de las estaciones.


(Por Ricardo Terzoli)