viernes, 28 de septiembre de 2007

Entrevista a Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, Línea Fundadora

“Todavía sigue la lucha por la búsqueda de justicia permanente”

Nora Cortiñas es una de las co-fundadoras de Madres de Plaza de Mayo junto a Azucena Villaflor. Vive en Castelar norte desde 1955. Durante la dictadura militar, su hijo Gustavo, que militaba en la JP, desapareció en las inmediaciones de la estación de Morón. Aquí su lucha por encontrar la verdad y la justicia una deuda pendiente en la sociedad argentina.

Por Ricardo Terzoli - Nació en el barrio porteño de Monserrat hace 77 años y se vino para la zona oeste luego de haberse casado muy joven, en 1955. Dice que en Castelar encontró un “enamoramiento” con la ciudad. Nora Cortiñas y todas las Madres de Plaza de Mayo que viven en el partido de Morón fueron declaradas ciudadanas ilustres en el año 2007.

Cuando esta entrañable mujer llegó a los pagos del oeste nada era como en la actualidad. Desde Monserrat se trasladó a Castelar
porque a un familiar con problemas bronquiales le aconsejaron alejarse de la Capital. Así fue como Nora y su esposo conocieron la zona oeste. Poco a poco cada integrante de la familia se mudaba para esta zona. “Compramos con un crédito del Banco Hipotecario terrenos loteados que pertenecían a la familia Ayerza”, y describe que Castelar era como una zona rural en esos tiempo. “Muchas veces por la mañana se veían vacas o caballos pastando”.

¿Cómo tomaron ese cambio de vivir en una zona céntrica a vivir en una zona de campo y alejada?

Un tío de mi esposo tenía muchos problemas bronquiales y el médico le aconsejó venirse a Castelar. Así que él arrastró a muchos familiares. Cuando me casé nos propusieron construir acá. Después compraron otros familiares. Hoy mi hijo vive atrás de la primera casa que compramos. Castelar es un enamoramiento que sigue en continuado en toda la familia.

La vida de Nora Cortiñas es muy intensa por su lucha por los derechos humanos que comenzó cuando uno de sus hijos, Gustavo, fue detenido y desaparecido durante el proceso militar en 1977. “Él era un luchador por las causas sociales”. Gustavo era de la Juventud Peronista y estaba siempre cerca de las personas que más necesidades tenían. “Militaba en la Villa 31 de Retiro junto al Padre Carlos Mujica, pero cuando la Triple A lo mata a Mujica el grupo se disgrega y empieza a militar en Morón”, cuenta la presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. El terrible episodio ocurrió un 15 de abril de 1977 cuando Gustavo salía hacia su trabajo. “Esa misma noche entraron a casa y nos robaron algunas cosas como alhajas. Nunca supe nada hasta el día de hoy”.

Nora siempre recuerda a Gustavo en cada conversación y remarca que su hijo “tenía muchas inquietudes sociales. En el colegio Inmaculada – donde realizó sus estudios secundarios –hubo seis desaparecidos porque era un colegio que se brindaba a la comunidad, progresista”. Y conmemora al Padre Domínguez quien ayudó mucho a la familia luego de la desaparición de su hijo. “Nosotros necesitábamos esa relación espiritual. Él iba a Olmos a averiguar cosas para los familiares de los desaparecidos de la zona y luego lo trasladaron a Uruguay, se lo sacaron de encima”.

Lo que describe Nora Cortiñas es aterrador y da cuenta de cómo fueron los años de plomo en Argentina para que a nadie le queden dudas de los crímenes que cometió el gobierno de facto. “Nosotros los vimos a Gustavo por última vez el domingo de pascuas de 1977 en Mar del Tuyú. Nos despedimos en la estación de micros. Hablamos toda la semana por teléfono. Pero el 15 de abril cuando iba a su trabajo fue secuestrado en Castelar y después a la noche se hizo un operativo en mi casa. Supe que se lo habían llevado de la estación después de un año. Intentaron sacarnos plata para decirnos dónde estaba, era una práctica que hacían ellos. Además de genocidas fueron ladrones, rufianes”, sentencia.

¿Hasta cuándo va a seguir su lucha por la verdad y por los derechos humanos?

Hay gente que dice ‘bueno, ya pasaron 30 años’. Pero la tragedia de cada casa, donde falta un hijo o los nietos, sigue. No se cambiaron las consecuencias de lo que fue el terrorismo de Estado de la dictadura cívico-militar. Hay frases que decíamos que las tenemos que volver a repetir ‘Aparición con vida de Julio López’, todavía sigue la lucha por la búsqueda de justicia permanente. Nunca se abrió un archivo para decirnos nada. Los únicos que a veces dan alguna noticia son los antropólogos forenses, que son un equipo maravilloso.

¿Es increíble que todavía tenemos que estar pidiendo que se siga investigando?

La lucha de los miles que no están o que tuvieron que exiliarse tiene que seguir porque cada día hay más brecha entre ricos y pobres, hay discursos que no son la verdad de lo que está pasando. No hay trabajo, hay contratos basura. El ‘por algo será’ era verdad, era porque estaban en contra del sistema neoliberal. Se los llevaron para poder hacer esta política que armó EEUU y que la llevó adelante a través de lo que fue el operativo Cóndor. Estamos pagando una deuda que se hizo a sangre y fuego, que no contrajo el pueblo y que tuvo un costo humano de 30.000 desaparecidos y más de 10.000 presos políticos y miles de exiliados. Aún hoy se mueren cien niños diariamente de hambre o de enfermedades curables.

¿Hasta cuándo va a seguir la lucha de las Madres?

No hay un remanso. Tuvimos logros, avanzamos en muchas situaciones que creíamos que no se podía avanzar que eran las leyes de impunidad. Teníamos todos los juicios parados. Hace años que están juzgando a un genocida. No se puede parar nunca. Si ocultamos que hay cosas que andan mal y las podemos decir porque no hay dictadura, hay que darles el valor para cambiar una sociedad injusta.

Durante los primeros años de democracia las Madres de Plaza de Mayo sufrieron una división y el grupo se quebró en dos partes, una quedó bajo el ala de Eve de Bonafini y quienes quedaron fuera de ese organismo crearon la Línea Fundadora. “En 1986 iban a celebrarse las primeras elecciones en las Madres para ver cómo nos repartíamos los cargos. Desde que empezó el gobierno constitucional empezaron cosas nuevas como la Conadep, el juicio a las Juntas y veíamos un camino pero Eve no quería nada, ni las excavaciones, ni las placas en los colegios, no quería nada que no fuera propuesto por ella. Fue muy agresiva e incitaba a la violencia entre nosotras. Nos costó mucho dolor”, recuerda acongojada.

En estos últimos años, todas las Madres de Plaza de Mayo que viven en el partido de Morón fueron declaradas Ciudadanas Ilustres, premio más que merecido por todas ellas. “Fue muy lindo, emocionante. Nosotras honores no queremos porque los verdaderos actores de esta historia son nuestros hijos, de los que están y los que no están”.

Para terminar, es bueno poner en esta página un texto del escritor uruguayo Eduardo Galeano que describe muy bien la lucha de estas mujeres por encontrar la verdad: “En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en tiempos de amnesia obligatoria”.
(Por Ricardo Terzoli)

1 comentario :

Silvina dijo...

Les tengo muchisima ademiración a las madres de la plaza de mayo. Realmente!
Una de las cosas que me fascinaron de venirme de Cordoba a vivir a un alquiler temporario en buenos aires, fue ir a conocer mas de cerca todo lo que implica la organizacion de las madres, realmente las admiro profundamente.
Y esta entrevista me parecio muy buena, quería agradecerles