viernes, 18 de abril de 2008

“Mi presente es tratar de vivir y no ser un sobreviviente”



Código de Barrio / Entrevista a Edgardo Esteban


El ex combatiente de Malvinas escribió un libro sobre los suicidios de los soldados que fue un éxito en las librerías. Además dirigió, junto a Tristán Bauer, la película ‘Iluminados por el fuego’ que protagonizó Gastón Pauls y ganó muchos premios internacionales. Edgardo Esteban tiene una historia muy particular con Haedo y con el Deportivo Morón. Su hermano Raúl es Concejal de Morón por el Frente para la Victoria. Conozca a un ex soldado que asegura no querer volver a una guerra porque le interesa “apostar a la vida”.


¿Cómo es tu relación con Haedo, tu barrio?

Yo tengo domicilio en Haedo, nunca hice el cambio a pesar que me mudé. Nací en Haedo, estudié en el Comercial Nº 2 y en el Rivadavia de Palomar. Siempre vengo a votar acá. Vengo siempre para acá. Esto es como dijo “Pichuco” Troilo ‘nunca me fui, siempre estoy volviendo’. Vengo a la casa de mi mamá, de mis abuelos. Sigo siempre todo lo que pasa con Deportivo Morón.

¿Ibas a ver a Morón?

Si, fui muchas veces. Pero además yo jugué en Morón hasta la Quinta División. Jugaba con (Miguel) Colombatti. También jugué un tiempo en San Lorenzo y Argentinos Jrs. Mi porvenir antes de ir a la guerra era el fútbol o la agrimensura.

¿La guerra de Malvinas te cortó una carrera de futbolista?

Eso no lo sé. Yo no funcionaba bien porque me iba a bailar los sábados a la noche y con las inferiores jugábamos los domingos a la mañana, el entrenamiento era una lucha.

¿A dónde ibas a bailar en esa época?

A Pinar de Rocha, a Crash, a Juan de los Palotes y hasta fui a The Groth, en la Avenida Irigoyen, al Argentino de Castelar, al GEI. Además fui tarjetero de varios de estos boliches y también recorrí mucho la zona de Palomar

¿Dónde te tocó hacer el Servicio Militar?

En Córdoba y me podría haber salvado porque era el sostén de una madre viuda, porque a mi padre lo mataron. Quise hacer la colimba porque estaba el marido de mi madre y yo quería hacer paracaidismo junto a él que estaba allá. Me dijeron que era por seis meses y fueron en total 16 meses de servicio, me iba de baja el 4 de abril de 1982 y el 2 fue la invasión a Malvinas.

¿Qué significa la guerra para vos?

En esa época me creía inmortal como todos los chicos de esa edad, no pensaba en la muerte. A esa edad uno quiere viajar, estudiar, salir con los amigos y ver a su novia, nunca pensás en la muerte. Haber conocido la muerte tan de cerca de esa edad te da una sensación y una angustia muy grande que fue lo que me llevó a explotar esos fantasmas de la muerte escribiendo el libro.

¿Imaginaste la repercusión que podía tener el libro y luego la película?

Nunca pensé que eso podría abrir una etapa y que creciera tanto. Ya hay siete ediciones del libro, se editó en España y se tradujo a varios idiomas y tampoco imaginaba que ‘Iluminados por el fuego’ se pudiera ver en todo el mundo (Chile, Turquía, Australia, Gran Bretaña)

¿Cómo fue presentar la película en Gran Bretaña?

Yo estaba muy seguro de lo que iba a Pasar en Inglaterra. A ellos también les pegó muy fuerte la problemática de los suicidios. El día que llegué estaba lleno de policías. Pensaban que iban a ver una especie de ataque o alguna manifestación en contra de la película, pero hubo veteranos de guerra británicos que lloraron.

¿Te emocionaste al ver esas cosas?

Para mi lo importante era hablar sobre la guerra de Malvinas. Sé que eso fue una bisagra para los ex combatientes y formó un debate. La película lo único que quiere es generar un debate constructivo. Hay que hablar de Malvinas y que sirva para que otros puedan hacer otras cosas. Ya dije todo lo que tenía que decir. Esto es lo mejor que nos puede pasar.

¿Qué visión tenés de la guerra a más de 20 años de Malvinas?

Quizás disiento con muchos de mis compañeros. Yo no volvería a una guerra. Hay que apostar a la vida y no a la muerte. Malvinas dejó muchas heridas abiertas. Tengo hijos y quiero apostar por la vida. Está bien que se reclame nuestra soberanía y que podamos recuperarlas y que los ex combatientes puedan volver a visitar el lugar. Lo importante es mirar al futuro y que podamos tener disensos. Mi presente es tratar de vivir y no ser un sobreviviente y quiero que otros puedan empezar a vivir. Estas cosas duelen, pesan y eso es lo que me preocupa. El tema de los suicidios a generado ese peso. Cuando se perdió la guerra nadie más quiso hablar y gracias a la película hoy podemos hablar de Malvinas.

¿Estamos desmalvinizados?

No lo sé. Estas cosas de las fechas no me gustan. Para nosotros Malvinas es todos los días. Que Malvinas también sirva para hablar de otras cosas que nos pasa. Qué nos pasó en Cromagnon eh. Podemos hacer una comparación ¿qué pasó que en Malvinas hay colgadas zapatillas Flecha y que pasó que en Cromagnon hay colgadas muchas zapatillas? La violencia sigue estando viva. Tenemos que mirar esas cosas para que no se repitan.



(Por Ricardo Terzoli)

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