martes, 31 de marzo de 2009

No bombardeen Buenos Aires

No bombardeen Buenos Aires, no nos podemos defender.
Los pibes de mi barrio se escondieron en los caños, espían al cielo, usan cascos, curten mambos, escuchando a Clash.
Oh escuchando a Clash... Sandinista
No quiero el mundo de Cinzano, no tengo que perder la fe, quiero treparte pero no pasa nada,
ni siquiera puedo comerme un bife y sentirme bien y sentirme bien...
Tengo hambre, tengo miedo y no quiero salir de mi casa porque me van a tirar una bomba
Estoy temiendo al rubio ahora, no se a quién temeré después.
Terror y desconfianza por los juegos, por las transas, por las canas, por las panzas, por las ansias, por las rancias, cunas de poder,
cunas de poder. Margarita...

El sábado pasado en una reunión de cuarentones rockers, amigotes y escabiadores profesionales, alguien sacó el tema de los recitales de nuestra adolescencia y entre malbecs y cabernets, se disparataron miles de anécdotas, recuerdos, y exageraciones típicas del beber morapio.

Cuando llego mi turno y luego de escuchar exquisitos relatos y divertidas conmemoraciones, no dudé en recapitular aquel mítico recital de Charly García en la cancha de Ferro Carril Oeste en el año 1982 cuando presentaba Pubis angelical/Yendo de la cama al living. Era el primer recital solista de Charly; se trataba del primer concierto de un músico argentino de rock en un estadio de fútbol. Y el segundo concierto mío a los 16 años.
Aquel show, que convoco a 25.000 personas (a pesar de que el tiempo estuvo medio lluvioso) y según el programa de radio “El destape de Quilmes” por Radio del Plata con la conducción de Lalo mir y Gloria Guerrero, y el diario “Tiempo Argentino”, que regalaba un suplemento con la información del recital, las nubes amenazantes se dispersaron y al final, se dió el 26 de diciembre de 1982.

Después de escuchar a Suéter (abucheado por la cancha) llegaron Los Abuelos de la Nada como banda soporte e hicieron más llevadera la espera del recital, tenso clima militar y un centenar de camiones azules que nos esperaban a la salida con perros rabiosos, jadeando por comerse algún culo desprevenido.
En la apertura del show, Charly García llegó al escenario a borde de un Cadillac color rosa.
Era Buenos Aires dentro de otra Buenos Aires. La banda con la que tocó en el show: Willy Iturri: batería y percusión. Cachorro López: bajo y coros. Gustavo Bazterrica: guitarra y coros y Andrés Calamaro: teclados y coros. Como invitados en el recital participaron Pedro Aznar, Nito Mestre y Mercedes Sosa.Después de repasar temas de Sui Generis, Serú Giran y la Maquina de hacer pájaros, en el cierre, una lluvia de proyectiles de utilería destruyó la ciudad que formaba el decorado, preparado por Renata Schusheim y auspiciado por “Fiorucci” mientras sonaban los últimos acordes de "No bombardeen Buenos Aires".

Afuera: Los ghurkas siguen avanzando, los viejos siguen en T.V., los jefes de los chicos toman whisky con los ricos mientras los obreros hacen masa en la Plaza como aquella vez, como aquella vez.
Si querés escucharé a la B.B.C. aunque quieras que lo hagamos de noche
y si quieres darme un beso alguna vez es posible que me suba a tu coche.
¡Pero no bombardeen Barrio Norte!...

(Por S. B. B.)

No hay comentarios :