lunes, 26 de julio de 2010

EL MUERTO QUE PARLA

Fue intendente de Morón -con varias destituciones por corrupción- durante tres períodos. Signó la política institucional de Morón durante la década del 90, donde fue un ferviente defensor del Menemato. Periodista, locutor y vocero del José López Rega en el los 70, pleno auge de la temible Alianza Anticomunista Argentina (AAA). Intentó ser candidato a gobernador y cedió su lugar casi seguro como vicepresidente de Carlos Saúl Menem para que lo ocupe Eduardo Duhalde, quién por ese entonces traicionaba al renovador Antonio Cafiero para sumarse a las filas de la ortodoxia peronista. Ya gobernador, Duhalde le hizo la vida imposible: Le intervino su lista de concejales dándole el primer lugar a un funcionario ferroviario, Guillermo Crespo, quién luego se convirtió en intendente. Y le partió Morón en tres: El Morón actual, Ituzaingó y Hurlingham. Estuvo detenido por malversar fondos públicos y nunca pudo conducir a su propia tropa.

El jueves 8 de julio, en el Hospital Aleman de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, dejó de existir. En ese mismo momento, la casa construída por él en el ex centro clandestino de detención Mansión Seré, festejaba sus primeros diez años de existencia como el primer centro clandestino recuperado para ser un espacio de la memoria. Con Martín Sabbatella se vió la cara, frente a frente, en dos oportunidades; a principio de los 90 cuando Sabbatella generó la toma del Concejo Deliberante para reclamar el boleto estudiantil secundario. Y la segunda, cuando como presidente de la Comisión Investigadora del Concejo Deliberante, sentenció su última destitución.

En su velatorio, realizado en Morón, Rousselot estuvo prácticamente sólo. Y se destacó por su presencia el ex senador provincial Horacio Rafael Román, principal adversario interno y promotor de muchas de las destituciones que debió padecer.

Revolviendo los viejos archivos periodísticos, una foto publicada en El Diario de Morón da cuenta de otro hecho que signó la crisis institucional durante todos sus mandatos.

El 30 de diciembre de 1988, el jóven empresario Mauricio Macri firmaba con Rousselot, en el salón Mariano Moreno, el contrato para la realización del plan cloacal más caro de la historia y el que le costó su carrera política. Detrás de ellos se ven, entre otros, a los concejales de Horacio Román, Roberto Maldonado y Felipe Insaurralde, dos de los que luego, por ese mismo acto, lo destituyeron.

Paradoja de la vida: Rosselot murió sólo y desprestigiado. Paradoja de la política: Muchos de sus militantes hoy se encuentran enrolados en las filas de Mauricio Macri, principalmente acompañando al diputado provincial Ramiro Tagliaferro, esposo de la ministra de Desarrollo Social del gobierno de la ciudad.

En el momento de su muerte, la Casa de la Memoria y la Vida, en el ex centro clandestino de detención Mansión Seré, festejaba sus diez años de vida en el mismo centro de tortura y sobre la casona que Rousselot había mandado a construir en el Gorki Grana.


(Foto: Gentileza El Dairio de Morón)

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