sábado, 29 de mayo de 2010

La fuerza de Latitud 35: el humor y el periodismo como una y la misma cosa

Los 35 de Latitud 35
Sobre la experiencia de editar en Buenos Aires
(Por Andrés Linares, Licenciado en Comunicación Social-UBA,
Director propietario del Diario Anticipos)


Aunque debería haberlo hecho, jamás se los pregunté. Supongo que responde a la ubicación de Buenos Aires, de ahí el nombre de Latitud 35. Digo esto porque sobre un mapa hemisférico, la provincia se encuentra justo en el cruce de la Latitud 34º 28' S (redondearon, esto también lo supongo) con la Longitud 58º 28'. Y si no es así, o sea, si el nombre del medio no tiene nada que ver con la ubicación de la provincia, puede ser una de las posibles explicaciones. Sobre todo teniendo en cuenta que la "máxima" del periódico es "Para saber dónde estamos parados". Y sí, en Buenos Aires.
Treinta y cinco ediciones, o dos años de continuidad, es fuciente antecedente no sólo para reconocer el trabajo de Silvio Botta y Ricardo Terzoli. También para saludarlos, felicitarlos y pedirles que sigan trabajando (cosa en la que en ocasiones hay que insistirles).
Latitud 35 tiene algo que nadie tiene en Morón: humor y opinión bajo un mismo formato. Y más: manejan la agenda informativa con absoluta versatilidad y honestidad. Supongo que el mix surge de la interface que se da naturalmente entre Silvio, que es un tipo excesivamente serio (cualquiera que lo conozca lo puede confirmar) y Ricardo, que va por ahí cagándose de risa de todo. Lo cierto es que Latitud 35 siempre llama la atención. Uno sonríe con sus tapas y títulos, pero también se sienta y se pone los anteojos porque los muchachos lograron meter una exclusiva o se pronunciaron fuertemente en relación a un hecho del país, la provincia o Morón.
Inclusive, he leído en Latitud 35 una de las aguafuertes porteñas de Roberto Arlt escrita en 1933 que empieza "Señores: Aspiro a ser diputado, porque aspiro a robar en grande y a acomodarme mejor". Es buenísima. En realidad, todas las aguafuertes porteñas de Arlt son buenísimas. Léalas.
Por lo tanto, Latitud 35 encontró su espacio, su lugar y circuito, lo que hace todo medio para alargar su existencia, hecho que no es fácil. Sobre todo para los medios locales. Digo esto porque la prensa del distrito trabaja en un marco absolutamente distinto al de los grandes medios.
Los medios locales no concentran su actividad, no crecen en base al desarrollo de un monopolio, sino a partir de la definición de especificidad que brinda cualquier academia de Ciencias de la Comunicación en el mundo. Los medios locales no cuentan con una cadena de distrubución excluyente y restrictiva, sino que es abierta y heterogénea; no están vinculados a bancos ni a capitales extranjeros, recordemos por citar un sólo ejemplo, que Goldman Sachs tiene el 9,11 % de las acciones del Grupo Clarín. Los medios locales no cierran sus hojas al debate, por el contrario, lo proponen y aceptan. Los medios locales se nutren de la democracia participativa y no del mercado de consumo pasivo. Por último, por convicción o sujeción, los medios locales están comprometidos con el territorio, o sea, viven y respiran el destino del distrito en el que se insertan.
En consecuencia, ante la cantidad de asimetrías, pero frente a la necesidad de asegurar mecanismos de expresión en los municipios, los medios locales no sólo necesitan políticas de promoción, sino también de protección, estímulo y desarrollo ya que sostienen la identidad de la comunidad en y con la que interactúan y potencian los mecanismos de necesarios para fortalecer la participativación. Para ello, es necesario que un Estado fuerte, equitativo y democrático, trabaje junto a los medios locales. Con la apertura democrática, los medios locales vivieron su época artesanal. Durante los ' 90, perdieron todo signo de ingeniudad y durante la primera década de este milenio, ingresaron en una fase comercial en la que lograron márgenes de rentabilidad y por lo tanto reinvirtieron capital. Por lo tanto, con el Estado como respaldo y los medios convencidos de que es posible y necesario, es hora de comenzar a transformar el actual esquema de comunicación para ingresar a una etapa empresaria. Este es el desafío, y depende de todos.

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